
07 Abr La libertad asediada por la oscuridad
Jhonaski Rivera Rondón
La oscuridad y lo frágil de la libertad
Cuando reflexionábamos sobre la significación vital de la libertad desde una perspectiva existencial, señalábamos las implicaciones de ser acusado por “corrupción espiritual”. Al concebir la libertad como un ejercicio del espíritu, tal como lo exhorta Giovanni Pico della Mirandola en su Oración de la dignidad del hombre: “Tú, que no estas constreñido por límite alguno, determinaras por ti mismo los límites de tú naturaleza, según tú libre albedrío, en cuyas manos te he confiado”, la libertad se nos presenta como un don divino que permite hacer de nuestras vidas una obra de arte o por el contrario un total desastre- Se nos presentan así diversidad de posibilidades que definimos con cada decisión.
Y es esa libertad producto de cada decisión y elección la que dispone a nuestro espíritu a ser fiel o infiel a si-mismo, es decir, a nosotros mismos. Valiosa responsabilidad y compromiso que parece cuestionable, repudiable y punible para el socialismo y el chavismo, ya que en tanto todo individuo se salgas de la «voluntad del pueblo» merece ser sacrificado a la hoguera del colectivo, como ovejas al matadero van aquellos que reafirman su dignidad humana al hacer valer su libertad ante hordas irreflexivas.
El proyecto político de Hugo Chávez insiste en apagar la vital luminosidad que implicar ejercer la libertad. Entre ineficiencia y corrupción, el colapso del Estado se presenta inevitable, el cual hoy nos toca afrontar en medio del silencio, la soledad y el hambre que azota la existencia de la mayoría de los venezolanos al vivir en el socialismo del siglo XXI.
La manipulación por parte del buró político chavista siempre ha sido una oportunidad para el control político, social y económico ante una nación en colapso, La crisis eléctrica nacional de los meses de marzo y abril no es la excepción, es una situación que más que un obstáculo al gobierno, ha servido para invocar enemigos a diestra y siniestra, los cuales justifican cualquier tipo de acción política necesaria. A ello se le suma la cadena de eventos y acciones signados por la represión, la censura y la incertidumbre.
Ante este escenario la fragilidad de la libertad en Venezuela es cada vez más patente al situar a los ciudadanos en frente de un Estado forajido, Esto invita a pensar sobre incidencia conductual de la libertad. Se termina así develando una macabra y enferma estrategia política que desenmascara al socialismo, al usar la pobreza y la necesidad para la preservación del poder, y la historia se ha encargado de demostrarlo.
De tal manera resulta pertinente la experiencia de un psicólogo social del siglo XX poco conocido, W. Drabovitch, persona quien huyó del régimen soviético en los años de 1930, asilándose en Francia para alistarse a la lista de estudiantes que siguieron al psicólogo Jean Piaget. Siendo Drabovitch uno de los pioneros en articular filosofía, psicología y política para la reflexión sobre la libertad, ideas plasmadas en la obra titulada: Fragilidad de la libertad y seducción de las dictaduras[1].
En esta obra Drabovitch comparte el supuesto existencial de la libertad, el cual desde su perspectiva conductual observa la importante fuerza vital que exige del individuo, el ejercicio de ella. Cuestión que parece conocer muy bien el régimen chavista, ya que la acción política del usurpador Nicolás Maduro, ha consistido en ese reforzamiento conductual de jugar con las necesidades para dejar a merced la libertad, y es que el solo hecho de pretender monopolizar el alimento, tras haber socavado la seguridad nutricional de la población venezolana, ha asegurado al chavismo en el poder político y económico. Es así que el siniestro sistema socialista que instauró el difunto Hugo Chávez, se constituyó desde un principio para subsumir al venezolano a la peor miseria nunca antes vista, es decir, establecer la utopía cubana en Venezuela.
Siguiendo a Drabovitch, en su libro expone un conjunto experimentos pavloviano, entre los que destaca uno en particular. En el recurrente uso de perros, Pavlov y su equipo de trabajo se encontraron con un perro con una peculiar resistencia a todos los experimentos conductuales, lo que llevó al autor ruso a identificar la existencia de “pulsiones libertaria” que pueden estar más predispuestos en ciertos individuos que en otros. Sin embargo éste perro con su “reflejo de libertad” terminó sucumbiendo a los experimentos, perdiendo esa “pulsión libertaria” difícil de recuperar, y de ahí que Drabovitch enfatice sobre lo frágil de la libertad.
Con Drabovitch encontramos una dimensión conductual que puede ser utilizada en las políticas de Estado, tal como bien entrado el siglo XXI lo demostraron Cass R. Sunstein y Richard Thaler con su teoría del Nudge, el cual destacan la importancia de la psicología conductual en la consolidación de políticas públicas. De ahí la vigencia de los postulados de Drabovitch, ya que así como en otros muchos casos, la clara y explicita violencia del Estado puede adquirir otras formas sutiles de control en el que la precariedad de la vida y la falta de información crean el caldo de cultivo para la manipulación política, sojuzgando así la individualidad del ciudadano, tal como lo ha demostrado el régimen socialista y militar que actualmente rige a Venezuela.
En tal sentido, Cass R. Sunstein sostiene que, “…las violaciones de la autonomía y la dignidad únicamente es tal en la medida que las violaciones afectan las experiencias subjetivas del hombre”(Trad. del a.)[2] Desde el mandato de Chávez, y de Maduro, sucesivamente han insistido en violar la autonomía y dignidad del venezolano. Represión, escasez, violencia e incertidumbre han afectado la salud psicológica de muchos, condición creada por este régimen que se ha enquistado y preservado en el poder, a partir de la manipulación populista de la pobreza.
Por consiguiente, los recientes apagones eléctricos que han asolado a toda Venezuela, sumergiendo a sus habitantes a la más dura oscuridad, pisotea la dignidad humana del venezolano, que entre la angustia, molestia y desesperación invocan recurrentemente a la sombra de la muerte violenta. De tal manera el régimen chavista ha recurrido a la psicología conductual para realizar su catástrofe, encontrando así un mecanismo de sumisión cada vez más humillante, para acobijar así a la sociedad a la más cruenta servidumbre.
De tal manera que la oscuridad ralentiza el tiempo, esclerotiza la economía y deja a más de uno absorto al grado de precariedad al que ha llegado el venezolano y en donde su libertad se encuentra en peligro. De esta forma nuestra cotidianidad está sujeta al desmoronamiento institucional, económico, político y social, cada uno de ellos utilizados para políticas de reforzamiento conductual, orquestado por un régimen que lo único que parece saber hacer es jugar con las necesidades ajenas, sin tener un milimétrico grado de remordimiento en las vidas que se sacrifican a costa de preservar el socialismo del siglo XXI.
Si bien el desaliento y el desanimo prima en la totalidad de los venezolanos, se debe tener presente que esa ha sido la estrategia política del chavismo, focalizada hacia la experiencia subjetiva de cada uno de los ciudadanos, para así subsumir nuestra pulsión libertaria. Porque tal como nos legó la experiencia de Dravobitch al escapar del régimen soviético: “…implica lógicamente una esclavitud espiritual y material, a la cual queda sometido todo el resto de la población.”[3] Afirmación que conlleva a observar el doble frente de lucha del chavismo contra la libertad: El primer frente, el material, donde se crean condiciones desfavorables para hacer realizable su experimento político que consiste en subsumirnos cada vez mas a una condición de servidumbre; Y para ello necesita enquistar el frente más importante, el espiritual, ya que se reconoce que la disposición del espíritu hacia la libertad es lo da potestad sobre sí-mismo.
Por más fútil que pueda parecer esta resistencia espiritual en preservar la significación vital de la libertad, la experiencia histórica da cuenta de los peligros que inherentes da ella, tal como destaca el historiador Quentin Skinner al bosquejar el concepto de libertad, el cual halló en los clásicos romanos de Tácito y Salustio la amenaza que conlleva la condición de servidumbre que crean los gobiernos tiranicos, dejando como lección histórica los efectos psicológicos a largo plazo que conlleva la vida enservidumbre, tal como dice textualmente Skinner: “Cuando una nación al completo se inhibe de ejercer sus mejores talentos y virtudes, estas cualidades empiezan a atrofiarse y la gente se sumerge gradualmente en una condición abyecta de sopor y abulia.”[4] Por ello no es de subestimar los constantes embates conductuales del chavismo, ya que ello nunca nos debe hacer olvidar las garras de nuestra libertad.
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