La Crisis del Estado y políticas públicas en Venezuela. Perspectiva histórica. I Parte

Ramón Rivas Aguilar

 

Esta disertación intenta hacer un recorrido por los distintos períodos históricos de la evolución política de nuestro país con el objetivo de precisar el papel del  Estado, la estructura del sistema político y la orientación de las políticas públicas que garantizarían el desarrollo económico y social del país. Es un breve recorrido histórico en medio de la crisis que vive el Estado y el colapso de la Venezuela de hoy y su perspectiva.

 

La provincia de Venezuela vive la crisis histórica más significativa de su quehacer vital. Es decir, desde que apareció el primer hombre en esta geografía, hace 15.519 años A.C. y D.C., aproximadamente 15 milenios y medio y dos décadas. La crisis histórica de mayor impacto político, económico y demográfico que se haya suscitado en el proceso histórico de Hispanoamérica. Y tal vez, una de las más catastróficas de la historia mundial. Con una característica que la hace aun, más, compleja, contradictoria y paradójica: que esa crisis se ubica en un contexto histórico más allá del territorio con efectos gigantescos en el escenario global. En efecto, las fuerzas imperiales más poderosas del mundo tanto del hemisferio Occidental como del Oriental se disputan la riqueza material y cultural  a lo largo y ancho del territorio nacional.

 

En definitiva,  esto representa que esas naciones están marcando el porvenir de Venezuela como nación. Por lo que la solución histórica de esta crisis será  parte fundamental de una decisión planetaria, de una alianza de naciones libres junto al fervor libertario de millones de venezolanos para encaminar a la patria hacia la ruta de la libertad con impactos favorables hacia democratización  a escala universal.

 

Por lo tanto, si el liderazgo político no comprende la magnitud de esta crisis histórica que trasciende las fronteras políticas y naturales de esta geografía, quedará al margen de todo evento histórico que se mueve hacia una perspectiva no tradicional y no convencional. Preparaos para los cambios profundos de reformas estructurales que amerita la nación para estar en sintonía con un proceso civilizatorio que pone énfasis en la ciencia, en la tecnología, en el conocimiento, en la acción humana, en su creatividad, en su innovación y emprendimiento empresarial  como la base del bienestar material y espiritual de los ciudadanos.

 

Ahora bien, cuáles son los signos visibles de una crisis histórica de tal naturaleza que ha derivado en una destrucción del país. Así, los venezolanos amanecen  sin luz, sin agua, sin alimento, sin medicina, sin hospitales, sin gasolina, sin gas, sin empresas, sin trabajo y sin vialidad. Y, sobre todo, el éxodo  de millones de venezolanos hacia otras geografías. Aproximadamente, unos cinco millones están desparramados a lo largo y ancho del planeta. Sí  la crisis se acentúa y se profundiza, la cifra será más o menos de ocho millones. Ya conocéis los efectos políticos, económicos, sociales y culturales de este fenómeno demográfico  en la región de América Latina  y otros continentes. Todo peligra, la vida física y jurídica de las personas, los derechos de propiedad, la libertad y la soberanía. Dicho de otra manera, el quiebre y la desintegración de un orden político, jurídico, económicos, social y cultural de profundas raíces republicanas, liberales, civilistas y democráticas. Al mismo tiempo, la génesis y la proyección de un orden institucional estatista, intervencionista, colectivista, comunal y totalitario. Ese orden institucional expresa el poder del Estado que a través de unas políticas públicas con el propósito de organizar  la cooperación social para garantizar la seguridad física y jurídica de las personas, la calidad de vida de los venezolanos en correspondencia con el orden social,  natural y ecológico de la nación.

 

El Estado comunal, la arquitectura institucional del nuevo sistema político, expresión del hombre nuevo, del buen salvaje, del buen revolucionario que prometió una élite militar y política para recuperar el paraíso con proyección mundial.  Es cierto que el Estado comunal sustituyó a la república, es verdad. Sin embargo, dos décadas después los resultados están a la vista: colapso y destrucción.

 

La pregunta que queda en el ambiente del país y que se hacen los venezolanos, cómo, por qué y de qué manera pudo acontecer una tragedia histórica de tal magnitud que provoca en el venezolano asombro, sorpresa y estupor. En menos de dos décadas, la república demolida. Cómo explicar las causas que provocaron que en menos de 7 mil 300 días, la república sucumbiera. La configuración republicana  y su prolongación en el tiempo, que tanto  sacrificio costó al venezolano por más de dos siglos entre 1811 y 1998. Os imagináis cómo desde 1498 hasta 1811, se construyó en el espíritu de la provincia de Venezuela la mentalidad y la praxis republicana para derribar los muros del absolutismo, del mercantilismo, del monarquismo y de la doctrina del derecho divino de los reyes, cuyo resultado formal se dio con la constitución federal, el 5 de julio de 1811. No obstante, en menos de 15 años (1812-1826), la república en total ruina, con más 250 mil muertos, según cifras dadas por  el politólogo e historiador Luis Salamanca.

 

Su reconstitución institucional a partir de 1830, con la desintegración de la gran Colombia, representó un inmenso esfuerzo intelectual de unas minorías dignas, valerosas, decorosas por dotar a la Provincia de Venezuela de un nuevo orden institucional de contenido centro-federal. Entre 1830 y 1848, un Estado liberal con sus propios aciertos y contradicciones liberó la política y la economía mediante mandatos legislativos del peso del Estatismo y del absolutismo español. Un proceso histórico para promover el libre mercado con el propósito de impulsar el crecimiento de la provincia e insertarse en el marco de relaciones económicas internacionales. Sin embargo, ese proceso político  se frustró con la entrada de los Monagas, en el poder en 1848, que todos ustedes conocen muy bien.  El fruto, una crisis política y militar que provocó la revolución de marzo de 1858, culminando con el estallido de la guerra larga, la Guerra Federal, arrojando más de 250 mil muertes, en menos de 5 años. Construir y restituir la república ha dado como resultado, entre el proceso emancipador y la guerra federal, más de 500 mil víctimas. Aun así, quedó en el espíritu de la provincia el legado republicano, civilista, democrático y federalista.

 

Es cierto,  que en unas circunstancias históricas con tales características difíciles y complejas, resultara imposible  echar los cimientos de una república federal que contribuyese al desarrollo de una sociedad auténticamente libre. Esa república que se fraguó con la constitución de 1811, que se consolidó y fortaleció con los principios del derecho de garantía, establecidos por el Gobierno Provincial del General Juan Crisóstomo Falcón, en el mes de agosto de 1863 y con la Constitución de 1864. Esa armazón institucional contenía los fundamentos de un Estado republicano y federal.  En fin,  El siglo XIX  fue sinónimo de desorden, de caos, de  guerras y de  ingobernabilidad. Un siglo XIX sin Estado, sin gobierno y sin sociedad. Predominó la tribalización, la violencia y la barbarie.

 

Imagen: «Trabajos de instalación de las cloacas en la Av. 3 con plaza Bolívar, bajo la administración del Gral. José R. Dávila. Nótese a la izq. la primera gasolinera que funcionó en Mérida. Es inédita. Foto: H. Benet (Agosto 1927)» Fuente:@jorgevillet

 

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