Game of Thrones y la avaricia por el poder.

Leonardo Osorio Bohórquez

 

Este artículo forma parte de la línea Game of Thrones iniciada en un escrito anterior por Jhonaski Rivera Rondón, publicada en este mismo portal web http://ideasenlibertad.net/1650-2/  

 

Game of Thrones ha sido una serie icónica cuya gran popularidad en el mundo ha roto varios records de audiencia. Mezcla la ficción con el realismo político, pero a pesar de eso, deja enseñanzas importantes para comprender como la búsqueda del poder sin cortapisas siempre lleva a lugares peligrosos.

 

En la serie no hay una clara separación entre buenos y malos, hay muchos personajes que a lo largo de la historia logran reivindicarse o demostrar por lo menos que tienen sus matices. Ese aspecto es acertado al superar las visiones maniqueas constantemente narradas en diferentes historias, acá se muestra que en una guerra o conflicto muchas veces es necesario tomar decisiones difíciles para alcanzar los objetivos.

 

En el caso particular de Daenerys Targaryen, es una clara lección de cómo creerse predestinado a ocupar un cargo político, a gobernar en nombre del bien común, siempre trae resultados onerosos para las mayorías. Juego de Tronos enseñó como la lucha por el poder despierta los más bajos instintos, como se puede llegar a los peores extremos con tal de lograr el predominio de una familia, incluso a perder el honor con tal de salir victorioso en una guerra.

 

El personaje de Daenerys Targaryen es el más singular, es notorio ver como ella realmente creía luchar por la justicia, por construir un mundo mejor para todos. Para conseguirlo era ineludible que tomara el trono de hierro que le fue arrebatado a su familia. Pero como afirma Rand, el «bien común» de lo colectivo, raza, clase, estado, ha sido la pretensión y la justificación de toda tiranía que se haya establecido en la tierra. Los mayores errores de la Historia han sido cometidos en nombre de móviles altruistas (Rand, 1975).

 

Por eso aunque siempre el ideal de construir un mundo mejor es de los más nobles, casi siempre ha resultado peligroso dependiendo de los términos en que sea planteado. El único personaje con ideas revolucionarias fue Daenerys a lo largo de la serie, el resto de las familias solo se proponían ganar la guerra o consolidar el predominio de sus respectivas casas.

 

A lo largo de las temporadas Daenerys fue juntando sus ejércitos y veía crecer a sus dragones hasta llegado el momento de recuperar lo que ella pensaba le pertenecía por derecho. A donde iba le daba a sus enemigos la justicia que ella creía merecían por los crímenes cometidos, pero esto solo reforzaba su ego de querer cambiar las cosas para el bien de todos.

 

La abundancia de títulos obtenidos, como Daenerys de la tormenta, rompedora de cadenas, madre de dragones, khaleesi, la que no arde, la profusión de adjetivos rimbombantes es muy común en líderes con rasgos mesiánicos que buscan promover un fuerte culto a su personalidad. Esos calificativos solo refuerzan el ego de un personaje convencida de lograr cambiar el mundo, pero primero deben perecer quienes forman parte del mundo anterior.

 

Cuando la “rompedora de cadenas” expresaba la necesidad de romper la rueda como una metáfora que explica como constantemente unas familias cuando están en la cúspide del poder aplastan a las demás, ella afirmaba que iba a cambiar por completo esa situación para siempre.

 

Romper la rueda era mucho más que una simple metáfora, es realmente lo que han hecho líderes con pretensiones totalitarias a lo largo de la historia, querer cambiar todo el orden establecido, liquidar por completo la sociedad anterior y a quienes sustentaban ese poder, por medio de actos crueles para hacer que los sobrevivientes acepten con mayor facilidad el nuevo orden.

 

Cuando crucificó a los amos en las ciudades esclavistas era una muestra de que pensaba establecer cambios bruscos, por eso eliminaba a las antiguas familias nobles a menos que aceptaran formar parte de su nuevo mundo. Sus consejeros muchas veces trataron de contener con éxito sus arrebatos, pero en la medida que la khaleesi ganaba más poder, eso le daba impulso a sus pasiones.

Estar cada vez más cerca del poder lleva el personaje a evolucionar al punto de volverse más determinada en el objetivo que se ha propuesto alcanzar toda la vida. Recuperar lo que siempre fue de ella y acabar con los usurpadores. Sus pérdidas personales como la de sus dragones y de su ayudante Missandei, muestra como parte de su meta era no solo la justicia sino también el deseo de venganza.

 

Cuando se ve sola, sin personas que realmente le expresen afecto, aplica el principio maquiavélico de que es necesario usar el miedo para gobernar. Ciertamente si uno analiza la historia de personajes crueles a lo largo de su historia, siempre hay elementos traumáticos en sus vidas que los llevan a tomar un camino signado por el uso indiscriminado de la fuerza para mandar.

 

Desde abusos a temprana edad, hasta pérdidas importantes a lo largo de su adultez, estos sucesos los puede hacer radicalizar ciertas tendencias siempre latentes en su personalidad. Daenerys entendía que su padre había sido un mal rey, cruel y despiadado, constantemente intentó hacer ver que ella no era como él.

 

Sin embargo, siempre mantuvo el deseo expresado en varias oportunidades a lo largo de la serie, de usar sus dragones para quemar ciudades enteras y acabar con sus enemigos. Realmente hubo muchas señales de que ante una situación de presión, optaría por el camino de la fuerza para lograr alcanzar sus objetivos políticos.

 

Así en el momento cumbre de la serie cuando toma desembarco del rey, una vez que sus enemigos se han rendido, igual procede a quemar toda la ciudad. Una especie de purga necesaria impulsada por el dolor y la rabia para construir desde las cenizas un nuevo mundo ideal.

 

La última conversación con John Snow es clave, muestra como después de haber quemado la ciudad completa, Daenerys está convencida de haber acabado con la tiranía de Cersei, fue un sacrificio necesario para lograr cambiar el mundo. No siente arrepentimiento ni dolor por lo que hizo. Nadie que pretenda establecer un gobierno de tipo totalitario, siente remordimiento ni se sienta a reflexionar sobre el impacto de sus actuaciones.

 

Pese a lo que muchos piensan, por razones más que todo de simpatía con el personaje, la personalidad y la evolución de Daenerys y sus ideas expresadas a lo largo de la serie, eran una clara muestra de cómo podía terminar volviéndose una líder despótica una vez alcanzado el poder. Su deseo principal no era mejorar el mundo, sino alcanzar el trono a todo costa, y la ambición de poder en gobernantes con ideas mesiánicas, nunca termina resultando en nada positivo para los gobernados como la historia ha demostrado en varias oportunidades.

 

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https://www.elcomercio.es/sociedad/201601/20/pareja-inscribe-hija-recien-20160120134239.html

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