
24 Nov Propiedad y política: el debate entre lo público y lo privado en la retórica socialista
Andrés Goldstein
Introducción
La idea de la propiedad en la política ha sido tratada por historiadores, políticos, filósofos y sociólogos. Estudiando la relación entre libertades, las obligaciones y la organización social, se analiza el papel de las ideologías, del lenguaje y de las estructuras que permiten definir el concepto entre lo público y lo privado[1].
Al respecto, en los escritos de Lenin se pueden rastrear cómo las ideologías socialistas buscan establecer proposiciones sobre la propiedad para marcar una forma de explotación. De esta forma, y por los efectos de la revolución rusa[2] esta nueva organización social, presentada tras la instauración del estado soviético privilegia la abolición de la propiedad privada.
A través del estudio conceptual de la noción de propiedad, emerge el debate entre lo público y lo privado del siglo XX y sus implicaciones en la organización político, económico y social en el posterior desarrollo del sistema soviético. De tal modo que aproximarse a las ideas de Lenin sobre el tema, permite ver los cambios en la sociedad rusa de 1917, y comprender así la estructura política implementada por el régimen soviético.
Las falacias de la propiedad colectiva
A los cambios ocurridos por la revolución de octubre de 1917, donde el gobierno de Aleksandr Kérenski, es sustituido mediante la fuerza por los soviets, bolcheviques y mencheviques que apoyaron a los líderes del partido comunista ruso (PCR), la ruptura del sistema institucional que intentó establecerse luego de la dimisión del Zar Nicolas II, generó transformaciones fundamentales en la Duma[3] , órgano en donde el régimen de Lenin introdujo a representantes de los cuerpos que apoyaron su movimiento de octubre.
Es en el debate político de este período donde se empieza a adaptar las ideas de Karl Marx sobre la propiedad, hecho que puede encontrarse en el primer libro del Capital[4], y del cual Lenin, el líder e ideólogo más importante del movimiento, formuló el socialismo marxista imponiendole al concepto los prejuicios ideológicos que dicha ideología imponía a través del historicismo.
Bajo este método la dialéctica es empleada para definir la lucha de clases, la base de la interpretación de la propiedad marxista, evidente en los discursos de Lenin, Stalin y Trotsky, y que amen del fanatismo por la doctrina, busca romper con las estructuras sociales e imponer un orden basado simplemente en las ideas de Marx. Pero, como lo va demostrar Richard Pipes, este orden significó un gran sacrificio para la población rusa al intentar cumplir el ideal de progreso. De este modo, durante todo el periodo de la U.R.S.S, el orden social mantendrá una rígida división política, que «frustrará» los objetivos planteados.
Desde la perspectiva conceptual, los cambios en la formación de la idea de propiedad, generada por Lenin y los líderes de la revolución rusa, parte de la idea de comunitarismo[5], en la cual se entrelazan elementos de formación jurídica ciudadana y su relación con los individuos. Así, al establecer la idea de propiedad pública como eje de la formación de la propiedad rusa, se da a su vez la disolución de los grupos sociales, que formaron parte de la estructura social de clases derribada, desde octubre.
Esta nueva estructura de la propiedad, se evidencia en el pensamiento de Lenin, dando pie desde la perspectiva lingüística, a un proceso diacrónico y sincrónico del concepto que empieza a transformar las relaciones socio-políticas del movimiento que terminó de romper las relaciones al generar una condición ficticia de empoderamiento del individuo.
Dicha característica, generó un ambiente adverso al desarrollo de una economía sana que permitiera un verdadero desarrollo de la sociedad rusa, por lo tanto, la ruptura de las estructuras socio-políticas establecidas por el concepto de propiedad, imposibilitó el debate entre público y privado, debido al predoominio dogmático de las ideologías socialistas.
Conclusiones
Tomando en cuenta la relación dialéctica, impuesta sobre el concepto durante el periodo de la revolución rusa, podemos ver que el problema sobre la propiedad coincide con la inflexibilidad de los dogmas. Establecer como base de la identidad y de la formación jurídica del ciudadano, las teorías sin tomar en cuenta elementos individuales y propios de la historia así como del sistema socio-político particular, termina generando sistemas autoritarios y totalitarios.
Es así como la idea de propiedad se convierte en un elemento valioso para la formación de la identidad ciudadana, en cuanto a el poder y la racionalidad de acción como individuos.
Referencias
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