Los peligros del relativismo

Leonardo Osorio Bohórquez

 

En ciencia y en política parece imponerse una nueva tendencia en donde se asume que toda realidad es relativa, es decir, sujeta a diferentes interpretaciones según los contextos. Llevado al extremo tales posturas traen consigo riesgos importantes para la libertad de las personas.

 

Si todo es interpretable y relativo según la visión particular de cada quien, se puede llegar a caer en juicios arbitrarios o incluso usarlos como mecanismos para encubrir una verdad o realidad. Ni Einstein en su teoría de la relatividad llegó a afirmar que todo es relativo, la velocidad de la luz era una constante por ejemplo.

 

Se puede reconocer que el ser humano emite juicios subjetivos por naturaleza, pero muy diferente es querer relativizar todos los hechos y realidades. Así se ha llegado a elaborar conceptos como posverdad, donde todo el tiempo se construyen juicios falsos sobre ciertos acontecimientos, pero bajo el argumento de que la verdad es relativa.

 

Anteriormente, el economista liberal argentino Alberto Benegas Lynch (h) en su artículo «¿Qué es ser liberal?» publicado en Ideas en Libertad, el 02 de febrero de 2020, y disponible en  http://ideasenlibertad.net/3527-2/ hablaba sobre el papel de los relativismos en la libertad. Este es un antecedente fundamental anterior a este escrito de hoy.y dis

 

Si la verdad es relativa, entonces las mentiras y los engaños parecen serlo también, así es imposible distinguir entre un juicio cierto y otro que no lo es. En el campo científico, si bien la ciencia está sujeta a errores y diferentes enfoques epistemológicos, existen métodos de validación para aceptar una afirmación.

 

Si todos los puntos de vista son igual de válidos, no quedaría espacio para discernir que argumento o proposición es cierta o no, cual está mejor sustentada y cual carece de solidez. La ciencia necesita certezas para avanzar, y precisamente son los nuevos descubrimientos o progresos los que evidencian las falacias de ciertas teorías. El relativismo llevaría entonces a hacer trabajos seudocientíficos en muchos casos.

 

En el campo cultural y político los riesgos son mucho mayores. Se sabe que algunos gobernantes intentan manipular la realidad y los hechos para lograr encubrir realidades adversas sobre su gestión. Grandes dictadores a lo largo de la historia buscan relativizar conceptos como libertad o democracia para justificar la puesta en marcha de sistemas completamente opresivos.

 

Incluso las categorías de bienestar o prosperidad son tergiversados para vender una imagen de un gobierno que satisface las necesidades de su población.  Negar las crisis es un recurso común  de los gobernantes autoritarios, bajo una visión relativista se puede asumir que existen varias realidades.

 

Si existen varias realidades es razonable asumir que los dictadores pueden tener razón en sus argumentos para justificar su modelo de Estado. Nunca reconocen las fallas de  sus sistemas políticos y como coartan las libertades de sus sociedades, se escudan sobre principios relativistas de que su nación tiene una cultura diferente que funciona bajo otros mecanismos.

 

De esa forma se niegan a otorgar derechos universales como la libertad de pensamiento o elección. Muchos derechos humanos son negados por parte de algunos  gobernantes por estar supuestamente contrapuestos a su cultura. Esto por ejemplo, en el caso de países musulmanes. El relativismo cultural les da un arma de justificación muy eficiente a diferentes regímenes autoritarios.

 

Ningún dictador admite que lo es, la mayoría se venden como demócratas y servidores del pueblo,  manipular la realidad es la mejor manera de mantener sometida a las masas. Esto es un recurso históricamente utilizado, pero que el relativismo ha dado un asidero importante para que estos gobernantes puedan encubrir la verdad sobre sus naciones.

 

Una de las finalidades del relativismo desde una visión posmodernista era promover la tolerancia, entender que el ser humano es diverso por naturaleza y por ello se deben aceptar todos los puntos de vista como igualmente válidos. Las intenciones pueden ser buenas pero abre la posibilidad a muchas tergiversaciones. Esto lo vemos también en el ámbito cultural.

 

De esa forma sería posible validar todo tipo de prácticas culturales, sin importar que tan incongruente o peligrosas nos puedan parecer por el hecho de que responden a comportamientos particulares de cada sociedad. El canibalismo, la mutilación genital o el infanticidio de niños con defectos de nacimiento pueden ser situaciones justificadas sobre la base de que cada cultura debe ser  comprendida e interpretada en su contexto.

 

Con base en algunas corrientes del multiculturalismo o la interculturalidad, es lógico se pueda llegar a tales extremos los principios relativistas. Es válido asumir la existencia de diferentes culturas que deben ser respetadas, pero toda sociedad está llena de contradicciones y prácticas que pueden ser superadas o mejoradas.

 

Se puede intentar racionalizar y entender el significado simbólico que ciertas sociedades le dan a determinadas prácticas, pero eso es muy diferente  a afirmar que toda práctica cultural es positiva y debe ser preservada porque responde a las necesidades de su contexto. El idealismo está presente a la hora de hacer lecturas sobre la realidad, pero esto lleva a muchas equivocaciones.

 

Hay una razón psicológica por la que muchas personas se adhieren a los principios del relativismo, algunos lo hacen simplemente porque no soportan la realidad, y es más fácil entregarse a la ficción. La mayoría de las veces las verdades son incómodas para las sociedades e individuos.

 

Vivimos tiempos donde la gente prefiere recrearse en fantasías, por eso muchas veces se prestan a justificar utopías irrealizables pero altamente idealistas. La ausencia de verdad nos lleva entonces a que cada quien haga interpretaciones acomodaticias de los hechos y problemas, a no aceptar culpas en determinados casos.

 

Es fácil negar las responsabilidades individuales o los fracasos nacionales, si ciertas ideas o conceptos son tergiversados para entonces no aceptar la cruda realidad. Puede haber intenciones positivas en muchos autores o personas que defienden el relativismo, nadie niega ello, pero muchos no advierten los riesgos de sus posturas.

 

Es lo mismo con el socialismo, ideología defendida por quienes buscan un mundo mejor pero que en la práctica siempre ha tenido resultados contrapuestos a los esperados. De allí es común escuchar que “no fue verdadero socialismo”, cuando el sistema prueba no ser funcional.

 

El relativismo es un instrumento perfecto para negar y manipular la realidad sobre el principio de que toda verdad es relativa, de allí los peligros que tienen para la libertad, por lo cual los liberales han advertido en múltiples ocasiones los riesgos de tales principios llevados al campo político y cultural.

 

Referencias

Imagen: Obra «The Album Circus», de Fernand Leger

 

 

 

 

 

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