
30 May El Mayo Francés: poder estudiantil (1968-2021)
Ramón Rivas Aguilar
Hace 53 años, estalló una gigantesca rebelión estudiantil en los países más desarrollados del mundo. Al mismo tiempo, en el mundo socialista se sintió la fuerza de los jóvenes contra las estructuras burocráticas de un modelo de sociedad que pretendía alcanzar la arcadia. Una rebelión estudiantil contra la sociedad de consumo y contra sociedades, en manos de partidos políticos con las banderas de la hoz y el martillo. El capitalismo y el socialismo, producto de los avances de la ciencia y la tecnología, con implicaciones importantes en sus estructuras y maquinarias industriales, cuestionadas por los jóvenes universitarios, enajenados y alienados, en manos de corporaciones tecnocráticas. Se tuvo la sensación que el capitalismo y el socialismo tenían sus días contados. El camino era alcanzar con los estudiantes y los obreros la nueva arcadia sin los esquemas de la modernidad que impregnó el ánima del capitalismo, del socialismo y del comunismo. En ese esos tiempos, contaba con 19 años. Un joven entusiasta con la esperanza mesiánica que llegaría a la sabana de los dioses, Santa Rosa de Carvajal, en el Estado Trujillo.
Se creó una imagen histórica, una mentalidad, un imaginario de un nuevo agente revolucionario que desplazaría a la clase obrera, portador tradicional de la revolución social, aburguesada e identificada plenamente con la sociedad de consumo. Comenzó esa faena ideológica en la Francia revolucionaria, protagonistas de inmensas batallas históricas que la ha caracterizado a lo largo de su devenir. Sí, en los salones y pasillos de las universidades la discusión sobre la necesidad de cambios importantes en los contenidos programáticos que no estaban respondiendo a las necesidades de una sociedad que requería cambios y transformaciones para estar al día. Se proyectó la rebelión estudiantil hasta alcanzar a los obreros y poner en jaque al Estado Francés con una huelga general que tuvo a punto de caer.
Un inesperado momento histórico que se irradió y tocó las fibras estudiantiles en otras universidades europeas hasta picotear a los jóvenes norteamericanos que peleaban por derechos civiles, contra la guerra de Vietnam y la corrupción de las élites americanas. Comprendieron que eran unos estudiantes al servicios de corporaciones tecnocráticas, guerristas y bélicas, en que los muchachos iban a dar sus vidas en aquellas batallas en la que los saigoneses tenían más de un milenio en esa faena. Aparecieron intelectuales y líderes estudiantiles que su rostros recorrieron el mundo. El desorden y el caos universitario, en un planeta en la que los muchachos, en total y radical descontento con una estructura universitaria que los preparaban para el consumismo y el belicismo. No se deja de recordar los rostros de Sartre, Marcuse, Daniel Cohn-Bendit, Ángela Davis y otros en esas marchas con los estudiantes y los obreros en el Arca de Noé en busca del paraíso.
América Latina no escapó al influjo del mayo francés y su proyección planetaria. Las universidades de América Latina se entusiasmaron con el mayo francés y comenzaron a plantearse la necesidad de renovar los contenidos y la pedagogía que se impartían en los salones de esas instituciones, al servicio de del capitalismo dependiente. La revolución cubana, su ídolo el Che y el enfoque de la teoría de la dependencia, el camino para la renovación universitaria y los estudiantes el nuevo agente del socialismo.
La Provincia de Venezuela, fue parte de ese proceso histórico-estudiantil que se desató con el mayo francés. Se inició esa la lucha histórica de la renovación universitaria en la Universidad Central Venezuela. Una nueva universidad al servicio del socialismo, con una fuerte teoría: el dependentismo. Se entusiasmaron con el mago de la reforma universitaria en América: Darcy Riveiro. Una arquitectura universitaria cuyos resultados intelectuales se centraron en la crítica del capitalismo dependiente y la solución el camino del socialismo. Escapó a esa dinámica intelectual los estudios de la filosofía. Un milagro. No. Quienes enseñaron ese camino en la UCV, fueron filósofos de una calidad intelectual que conocían con profundidad las teorías políticas y su praxis del marxismo, del socialismo y del comunismo y sus consecuencias políticas e ideológicas.
La Universidad de Los Andes no se sustrajo de la influencia del mayo francés que perturbó la vida intelectual de tan magna institución. Sí. Fue el MIR que se dio a la tarea de infundir en los salones, pasillos de nuestras facultades la renovación universitaria con el ideal de fomentar el espíritu crítico de los estudiantes contra el capitalismo dependiente y así lograr la senda del socialismo. Se transformaron los contenidos de los programas, de su pedagogía y de su metodología, para cambiar de forma radical los estudios históricos desde una perspectiva dependentista.
Conocí de cerca esa experiencia histórica, desde el Liceo Libertador, cursaba el último año de bachillerato (1968). El Centro de Estudiantes estaba en manos del MIR. Por lo que estuve atento a ese acontecimiento a lo largo y ancho del recinto universitario. La algarabía de los estudiantes con el imaginario del Mayo Francés. Convencido de que la utopía estaba cerca. Tuve la mismo sensación tribal de Sartre, de Garaudy, de Marcuse de que el resplandor mesiánico estaba allí, en nuestras miradas.
Guardo en mi frágil memoria un bello recuerdo del profesor de literatura, un intelectual del mundo de las letras, el generoso y bondadoso, Domingo Miliani, que compartió en su casa, en la parroquia, en Mérida, con algunos miembros del MIR, su experiencia vital con el mayo francés. Hasta hoy, no he escuchado una disertación de tanta calidad humana e intelectual, como la que nos impartió Domingo Miliani, aquella noche, en el mes de agosto de 1968. Recuerdo inolvidable.
En fin, del Mayo Francés queda en mis recuerdos el fascinante mundo de la música romántica, en sus más variadas melodías, que cautivaba con delicia la imagen de un orden social que se aproximaba al paraíso. Fue el despertar revolucionario de todo joven, convencido de que llegaría la nueva sociedad para conquistar la paz y la seguridad y la felicidad sin el demonio del egoísmo y del dinero. No obstante, todo se vino al piso. El capitalismo, el dinero, el comercio, el mercado, radiante en la geografía planetaria, con sus límites, alcances, contradicciones y paradojas. De igual modo, la expansión del urbanismo, en América Latina, echó raíces una era de música caribeña conectada vitalmente con la salsa. El ritmo caribeño, con los mejores conjuntos y orquestas, con sus partituras y melodías en los corazones de los latinoamericanos.
Viví de forma directa e indirecta el Mayo Francés, en una geografía, Mérida, en un liceo, en una universidad, que aguijoneó en un mortal las primeras imágenes del Edén, remontando la cima de las montañas y cordilleras de los andes. El goce divino que despertó ese acontecimiento histórico en toda una generación, fue fascinante y cautivamente. Recuerdo el Mayo Francés sin ningún tipo de lamentación. Fue una experiencia vital de un joven inserto en el mundo de las circunstancias internacionales, nacionales y regionales. Otros con mayor conocimiento y experiencia sobre el mayo francés, relatarán con mayor interés y entusiasmo, en sus perspectivas y miradas.
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