
06 Sep Serie Revolución Bolivariana: Crónicas del mal. Crónica #5 De hotel 5 estrellas a casa de espanto
Ezio Serrano Páez
Serie «Revolución Bolivariana: Crónicas del mal».
Relatos sobre el daño histórico de un proyecto ideológico
La vieja canción que se dejaba escuchar en la radio, fue abruptamente interrumpida por una declaración del Protector del Estado: Quienes infrinjan las normas de la cuarentena estricta, serán detenidos y llevados a los hoteles Venetur de la localidad. No sólo por el tono, sino también por el contexto, quedaba suficientemente claro el sentido de aquella afirmación. Se trataba de una amenaza, una sentencia emitida a priori por un dictador provinciano.
Debió ser por la canción interrumpida con la emisión oficial: «La Casa del sol naciente»,The Animals, el Protector nos advertía sobre el camino del mal, el que no se debe seguir. ¡Y no puede ser otro el papel de un Protector! Pero, ¿cómo se puede amenazar a alguien, con el glamoroso castigo de llevarlo a un hotel 5 estrellas? ¿Qué debe ocurrir en un hotel cargado de glamour para convertirse en símbolo de espanto, lugar de miedo?
Solo la magia de la revolución bolivariana, humanista y protagónica, podría realizar el prodigio de convertir hoteles 5 estrellas en casas de espanto. Para semejante proeza, se ha contado con Venetur, la operadora de productos turísticos de la nación. Creada, según dicen, “para satisfacer y beneficiar a toda la población a escala nacional e internacional, con servicios de calidad”.
Las casas de espanto han constituido un recurso muy socorrido por la cinematografía Hollywoodense. Constituyen el lugar favorito para que las almas en pena, los fantasmas o asesinos de ultratumba, se dediquen a enloquecer con sus malas artes, a los incautos pescadores de baratijas inmobiliarias.
¿Exageración? ¿Metáfora para un drama? Si se desea convertir un hotel 5 estrellas en pesadilla bolivariana, basta con su transformación en cuartel-hospital, bajo las directrices técnicas de la inefable ciencia médica cubana. Lo que vivió Joaquín Díaz, como ha ocurrido con muchos venezolanos, es la cronología del mal, explayado por la otrora tierra de gracia:
Día 1, antes del mediodía: Trece trabajadores de una empresa de servicios se preparan para que se les aplique la prueba rápida que detecta sospechosos de portar coronavirus. La compañía para la cual trabajan, debe movilizarlos en uno de sus transportes, desde el occidente al centro del país. Requieren salvoconducto, y para ello deben hacerse la prueba. Los resultados son desalentadores. Los trece, entre quienes se encuentra Joaquín Díaz, salen positivos. Deben hacerse la prueba del hisopado nasal para confirmar la sospecha. En el acto son trasladados al Hotel Venetur más próximo.
Día 1, en horas de la tarde: Una vez en el hotel, los trece trabajadores son distribuidos en distintas habitaciones. A Joaquín y dos de sus compañeros, le asignan la habitación 5-12. En esa habitación ya está instalado el paciente número 4, quien es un caso confirmado. Las cosas empiezan mal, el miedo se presenta con cara de improvisación: tres sospechosos junto a uno confirmado.
Día 2 por la mañana: Se presenta el equipo de sanitaristas dirigido por la teniente Rodríguez. Aplican la prueba del hisopado nasal a los 13 trabajadores. Ahora deben esperar 15 días para que les comunique los resultados.
Día 17, al mediodía: Llegan los resultados de la prueba del hisopado nasal. La teniente Rodríguez informa que, de los trece examinados, sólo Joaquín Díaz resultó positivo. Incluso, los dos compañeros de trabajo, residentes en la misma habitación 5-12, fueron dados de alta. Joaquín siguió acompañando al paciente 4. La oficial de la Guardia Nacional inició el tratamiento con cloroquina. Joaquín confirma sus temores, algo no anda bien con las pruebas. Si los otros dos de sus compañeros compartieron la misma habitación con el caso confirmado, ¿la mala suerte lo había tocado? Pidió una nueva prueba y ésta le fue aplicada.
Día 18 por la mañana: A Joaquín no le ha ido bien con cloroquina. Pasó una mala noche y ya desde la mañana ha presentado nerviosismo, palpitaciones, ansiedad y diarrea. Le aguardan 15 días de espera bajo aquel tratamiento aplicado por la teniente Rodríguez.
Día 33 por la tarde: La ansiada prueba ha llegado. Y junto a ésta, llegan nuevos acompañantes sospechosos. La teniente Rodríguez informa a Joaquín que salió negativo, pero…suerte bendita, el paciente presenta anosmia (pérdida del sentido del olfato). La buena noticia la recibió un Joaquín psicótico, con impulsos suicidas. Deben esposarlo en la cama para que no termine con su vida. El resultado desconcertante obliga a repetir la prueba. Otros 15 días de espera se asoman por el hotel tortura.
Día 36, por la mañana: Los familiares que han podido enterarse de la situación irregular por la que atraviesa Joaquín, ya se han movilizado. Acudieron a todas las instancias posibles, hasta que finalmente, El Protector ordena dar de alta a un Joaquín casi desecho física y mentalmente. Registra unos 20 kilos como pérdida de peso.
Día 37 por la mañana: La familia inicia una dura lucha con Joaquín y su locura. Queda muy poco del hombre fuerte y saludable que ingresó a la casa de espanto. El hombre trabajador no puede conciliar el sueño, ya suma unas 25 noche sin poder dormir. Ese día se escapa de la casa semi-desnudo. Con la ayuda de los vecinos, logran recuperarlo y deben mantenerlo encerrado. La teniente Rodríguez insiste con la cloroquina.
Día 48, en la tarde: En la casa de Joaquín llega una llamada telefónica. Es la teniente Rodríguez informando los resultados de la última prueba. Joaquín salió positivo para coronavirus. Según la oficial de la Guardia Nacional, el paciente ahora debe tomar Azitromicina, trasmite la orden de los especialistas cubanos.
Día 49, en la mañana: A la casa de Joaquín, convertida en encierro, llegan tres sanitaristas con una carga de Azitromicina. Dan las instrucciones para su uso y se marchan.
Día 54 y quinto de la Azitromicina: Otra llamada telefónica de la teniente Rodríguez irrumpe en la casa de Joaquín. Se le nota alterada y da una orden categórica: ¡Paren la azitromicina, párenla ya! ¿Por qué? Preguntan la hermana. Y así responde la teniente:
-Joaquín salió negativo en la última prueba. El positivo que yo les notifiqué días atrás, correspondió a otro paciente. Alguien confundió los resultados.
-¿Y cómo pudo ocurrir eso?-Pregunta la hermana de Joaquín.
-No se preocupe, esas cosas pasan. De todos modos, ya voy para allá, le repetiremos la prueba- Dijo la teniente Rodríguez.
La teniente fue persuadida acerca de lo inconveniente de su visita y su tratamiento médico. Ahora, Joaquín se recupera de la enfermedad contraída en la casa de espanto. Con toda razón, El Protector mete miedo a los ciudadanos, amenazándolos con una pasantía por lo que algún día fue, un hotel 5 estrellas.
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